El 15 de septiembre en la Plaza Mayor de la ciudad de Medellin,
Colombia, y con la presencia de más siete mil asistentes se realizó una
misión internacional del mundo sindical para apoyar el “SÍ” a la Paz en
Colombia.
La Misión Internacional fue organizada por la Central Unitaria de
Trabajadores de Colombia (CUT), la Confederación de Trabajadores de
Colombia (CTC) y la Confederación General del Trabajo (CGT) con el apoyo
de la Confederación Sindical de las Américas (CSA), organización
representativa de 60 millones de trabajadores presentes en 23 países del
continente. Esta jornada tuvo lugar en un momento decisivo para el
país, donde resulta imprescindible la presencia del Movimiento Sindical
Internacional, con el propósito de contribuir decisivamente y apoyar la
terminación del conflicto armado y las inmensas posibilidades que se
abren para construir la anhelada paz.
El principal orador del evento fue el ex presidente y actual Senador uruguayo José Mujica. También estuvieron presentes Jaap Wienen, Secretario General Adjunto de la Confederación Sindical Internacional y Víctor Báez, Secretario General de la CSA, así como representantes de sindicatos internacionales y las confederaciones sindicales como la UGT y Comisiones Obreras, de España; la CGT de Francia; la CUT de Brasil; la CTA-A, de Argentina; el PIT-CNT de Uruguay, entre otras.
En dicho encuentro, Adolfo Aguirre, Secretario de Relaciones Internacionales de la CTA-A y referente del mundo sindical argentino, manifestó que “estamos frente a una una oportunidad histórica de terminar un conflicto de intereses de 50 años, que se ha llevado la vida de mas 220 mil compatriotas en Colombia y que dejó un saldo de más de 7 millones de víctimas a lo largo de todos estos años. Somos conscientes que este acuerdo de paz es una transformación política, social, cultural y económica para Colombia que puede llevar años con avances y retrocesos; pero está esta representación internacional del mundo del trabajo que hoy se manifiesta en Colombia. Y en forma unísona le dice SÍ a la PAZ y expresa toda nuestra solidaridad y apoyo incondicional para encontrar una salida al conflicto".
El 2 de octubre de 2016 se llevará a cabo un plebiscito donde el pueblo colombiano decidirá poner fin a un conflicto que lleva 50 años y que tiene más de 7 millones de víctimas, con más de 220.000 asesinatos en manos de la guerrilla, los paramilitares y de las Fuerzas Armadas.
El tratado de paz cuenta con un sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición para proteger y dar cobijo a las víctimas del conflicto armado. Una vez implementado, las víctimas sabrán qué pasó con sus seres queridos y familiares, no sólo por medio de la justicia sino también con la creación de una comisión de la verdad que se encargará de buscar a las víctimas y desaparecidos durante el conflicto que serán reparados y se garantiza que no se repetirán los crímenes de los que fueron víctimas, no sólo porque se pone fin al conflicto sino porque se establecerá un sistema político más inclusivo, donde los marginados que alguna vez tomaron las armas puedan dejarlas para expresar su voz en el contexto de la democracia.
Esta es la primera vez en la historia que un grupo guerrillero acepta responder por los delitos ante un tribunal de justicia nacional; todos los responsables de los crímenes más graves serán sancionados y tendrán que reparar a sus víctimas. Este es un acuerdo de justicia a cambio de contar toda la verdad, con la garantía de no volver a delinquir, los responsables según los delitos cometidos podrán ser obligados a cumplir sentencias de 5 a 8 años de restricción efectiva de la libertad y cumplirán sanciones como la construcción de infraestructura, contribuir en la búsqueda de los desaparecidos. Quien no cuente la verdad irá a prisión hasta 20 años. El objetivo es que nunca más se repitan los crímenes cometidos en el conflicto armado y que las víctimas sean plenamente reparadas.
El principal orador del evento fue el ex presidente y actual Senador uruguayo José Mujica. También estuvieron presentes Jaap Wienen, Secretario General Adjunto de la Confederación Sindical Internacional y Víctor Báez, Secretario General de la CSA, así como representantes de sindicatos internacionales y las confederaciones sindicales como la UGT y Comisiones Obreras, de España; la CGT de Francia; la CUT de Brasil; la CTA-A, de Argentina; el PIT-CNT de Uruguay, entre otras.
En dicho encuentro, Adolfo Aguirre, Secretario de Relaciones Internacionales de la CTA-A y referente del mundo sindical argentino, manifestó que “estamos frente a una una oportunidad histórica de terminar un conflicto de intereses de 50 años, que se ha llevado la vida de mas 220 mil compatriotas en Colombia y que dejó un saldo de más de 7 millones de víctimas a lo largo de todos estos años. Somos conscientes que este acuerdo de paz es una transformación política, social, cultural y económica para Colombia que puede llevar años con avances y retrocesos; pero está esta representación internacional del mundo del trabajo que hoy se manifiesta en Colombia. Y en forma unísona le dice SÍ a la PAZ y expresa toda nuestra solidaridad y apoyo incondicional para encontrar una salida al conflicto".
El 2 de octubre de 2016 se llevará a cabo un plebiscito donde el pueblo colombiano decidirá poner fin a un conflicto que lleva 50 años y que tiene más de 7 millones de víctimas, con más de 220.000 asesinatos en manos de la guerrilla, los paramilitares y de las Fuerzas Armadas.
El tratado de paz cuenta con un sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición para proteger y dar cobijo a las víctimas del conflicto armado. Una vez implementado, las víctimas sabrán qué pasó con sus seres queridos y familiares, no sólo por medio de la justicia sino también con la creación de una comisión de la verdad que se encargará de buscar a las víctimas y desaparecidos durante el conflicto que serán reparados y se garantiza que no se repetirán los crímenes de los que fueron víctimas, no sólo porque se pone fin al conflicto sino porque se establecerá un sistema político más inclusivo, donde los marginados que alguna vez tomaron las armas puedan dejarlas para expresar su voz en el contexto de la democracia.
Esta es la primera vez en la historia que un grupo guerrillero acepta responder por los delitos ante un tribunal de justicia nacional; todos los responsables de los crímenes más graves serán sancionados y tendrán que reparar a sus víctimas. Este es un acuerdo de justicia a cambio de contar toda la verdad, con la garantía de no volver a delinquir, los responsables según los delitos cometidos podrán ser obligados a cumplir sentencias de 5 a 8 años de restricción efectiva de la libertad y cumplirán sanciones como la construcción de infraestructura, contribuir en la búsqueda de los desaparecidos. Quien no cuente la verdad irá a prisión hasta 20 años. El objetivo es que nunca más se repitan los crímenes cometidos en el conflicto armado y que las víctimas sean plenamente reparadas.
* Equipo de Comunicación de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA
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